Liliana Cerdio
Las mamás trabajadoras merecen más que un festejo del 10 de mayo.
Mi madre y yo seguimos sorprendidas de que después de hacer una carrera, una maestría y estudios doctorales en el extranjero, además de varios cursos intermedios, a la hora de la verdad haya yo elegido ser mamá de tiempo completo. Nunca me animé
a dejar a mis hijos en una guardería durante todo el día, a cargo de una desconocida, para ir a convertirme en la super ejecutiva que siempre pensé que sería.
Durante años, aunque mis hijos iban creciendo y siendo más independientes, de todas formas me fue inconcebible tomar un trabajo de tiempo completo por las pérdidas que esto representaría para ellos, desde no compartir la hora de la comida, a no poder llevarlos por la tarde a sus clases extracurriculares, o poder supervisar que no se pasen la tarde tirados en la cama jugando con el ipod, el teléfono, el Nintendo, o la computadora, expuestos a lo que la red decidiera regalarles esa tarde. Y aún así, mis hijos se quejaban de que no les ponía suficiente atención por estar todo el día frente mi propia computadora, pues no por haberme decidido por ellos, renuncié a trabajar. Más bien, busqué la forma de salirme con la mía y en vez de quedarme con todo el pastel e indigestarme, comerme una buena rebanada y disfrutarlo a tope.
Sin embargo, no para todas las mamás es así. Muchas trabajan jornadas completas de 8 a 8, unas por elección, otras por necesidad. Para muchas de estas mamás las prioridades no han cambiado, simplemente, han tenido que multiplicar sus habilidades y sus lealtades para cumplir con todo.
Algunas de estas mujeres maravilla cuentan con el apoyo de sus empresas para poder hacer mejor ambos trabajos. Empresas sensibles que comprenden el significado e importancia de la maternidad sin que esto signifique que dejan de preocuparse por la productividad. Horarios flexibles, permisos especiales, trabajo remoto, y en fin, mil y un opciones que son posibles gracias a la tecnología actual hacen que muchas mujeres accedan en armonía a lo mejor de ambos mundos. La pandemia, por fortuna, ha por fin acelerado este proceso cultural, permitiendo que tanto empresas como empleados se abran a nuevas posibilidades.
Desafortunadamente, no todas las empresas han adoptado ya como permanente esta nueva cultura flexible, basada en resultados, que permite a las mamás en su plantilla hacer lo que mejor saben hacer por naturaleza, multiplicarse para cumplir con todos sus roles. La consecuencia de las políticas laborales que no hacen de la maternidad una prioridad es que orillan a que las madres se enfrenten a situaciones donde deben elegir entre ser una buena madre y ser un buen empleado, y al sentir el poderoso llamado de la sangre, muchas veces será la empresa la que pierda. Lo que no comprenden estas empresas es que a largo plazo, cuando ponen a las madres a elegir entre llegar a tiempo al trabajo o asistir al festival de la primavera de su pequeño, a veces ganarán la disponibilidad inquebrantable de la empleada, pero a costa de su concentración, su compromiso, su lealtad y su satisfacción personal y laboral.
Por el contrario, una empresa que se preocupa por el bienestar de sus empleadas que son madres, no sólo contribuyen a fortalecer el vínculo más fuerte del tejido social, mostrando así que son empresas verdaderamente Socialmente Responsables, sino que ganarán empleadas que harán lo imposible por cumplir con una empresa que les otorga ese voto de confianza. Difícilmente dejarían su trabajo por irse a otra empresa donde no se les asegure esa libertad y flexibilidad, y se esforzarán más que nadie por cumplir con los objetivos impuestos. Está en nuestra naturaleza el cuidar a nuestra familia, y si mi empresa me da la seguridad de que me va a permitir seguir cuidando de ella sin angustias y sin elecciones difíciles, también cuidaré muchísimo esa relación.
En México hoy en día se ha ganado mucho en cuanto a los derechos legales de las mujeres trabajadoras. Sin embargo, esto no significa que la discriminación se haya erradicado o que se les dé el apoyo necesario. Hoy día, estos son los Derechos de las Mujeres en México...
La mujer tiene los mismos derechos y obligaciones que los hombres, salvo que esté embarazada o amantando
Si estás embarazada, no te pueden obligar a realizar trabajos pesados, que pongan en peligro tu salud y la de tu hijo que esperas; tampoco se te obligará a estar presente cuando fumiguen o hayan fumigado, ni cuando apliquen agroquímicos.
Tienes derecho a descansar seis semanas antes y seis después de que nazca tu bebé; en este período recibirás el pago completo del salario y conservarás tu empleo.
Durante el tiempo en que amamantes al recién nacido, tienes derecho a descansar media hora, dos veces al día.
Ser protegida durante tus embarazos y en el ejercicio de tu maternidad.
Ser atendida por el personal de salud, en caso de enfermedad, de embarazo o de parto, con respeto y cuidado y de acuerdo con tus necesidades.
Ser consultada sobre si deseas que se te aplique algún método anticonceptivo y ser respetada cualquiera que sea tu decisión al respecto.
Exigir que tus derechos laborales no queden condicionados por la renuncia a la maternidad; es decir, que no se te niegue un trabajo que solicites, ni se te despida de uno que tienes, porque estás embarazada.
Recibir las prestaciones que otorguen a las madres las normas específicas y los contratos colectivos de trabajo.
Las empresas excelentes van más allá de cumplir con estas normas. ¿Cómo demuestra tu empresa a las madres trabajadoras que son dignas de apoyo y confianza? ¿Cómo les facilita la vida para que sean capaces de cumplir con todos sus roles sin llegar al burnout? ¿Cómo vas a festejar en tu empresa este 10 de mayo con esas mamás que se parten en dos para estar y cumplir, y que en promedio trabajan 4 horas más al día que los hombres para lograrlo?
Compártenos tu experiencia, tus iniciativas y tus resultados.
Sé parte de nuestra inspiración para un mejor mañana para nuestra sociedad, para nuestras familias, para nuestras hijas y las futuras esposas de nuestros hijos. Sé parte de las empresas que promueven un tejido social fuerte, sano, equilibrado.
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